Salmo 119

Zain

Memor esto verbi tui
49
Acuérdate de tu palabra a tu siervo, *
porque tú me has dado esperanza.
50
Esto es mi consuelo en la aflicción, *
que tu promesa me da vida.
51
Los soberbios se han burlado cruelmente de mí, *
mas no me he desviado de tu ley.
52
Cuando me acuerdo de tus juicios antiguos, *
oh Señor, me consuelo en gran manera.
53
Siento gran indignación *
ante los malvados que abandonan tu ley.
54
Como cánticos han sido para mí tus estatutos, *
dondequiera que he morado como forastero.
55
Me acuerdo de tu Nombre en la noche, oh Señor, *
y medito en tu ley.
56
Esto es lo que a mí me toca, *
porque he guardado tus mandamientos.

Chet

Portio mea, Domine
57
Sólo tú, oh Señor, eres mi porción; *
he prometido guardar tus palabras.
58
De todo corazón suplico tu favor; *
ten misericordia de mí conforme a tu promesa.
59
He considerado mis caminos, *
y he vuelto mis pies a tus decretos.
60
Me apresuro, y no me retardo *
en guardar tus mandamientos.
61
Aunque los lazos de los malvados me envuelvan, *
no me olvido de tu ley.
62
A medianoche me levantaré para darte gracias *
por tus justos juicios.
63
Compañero soy de todos los que te temen, *
de cuantos guardan tus mandamientos.
64
De tu amor, oh Señor, está llena la tierra; *
enséñame tus estatutos.

Tet

Bonitatem fecisti
65
Has hecho bien a tu siervo, oh Señor, *
conforme a tu palabra.
66
Enséñame criterio y conocimiento, *
porque tus mandamientos he creído.
67
Antes que fuera afligido, descarriado andaba, *
mas ahora guardo tu palabra.
68
Bueno eres tú, y bienhechor; *
enséñame tus estatutos.
69
Los insolentes urden engaño contra mi, *
Mas yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.
70
Su corazón se espesa como el sebo, *
mas yo en tu ley me regocijo.
71
Bueno me es haber sido afligido, *
para que aprenda tus estatutos.
72
Más estimo yo la ley de tu boca *
que millares en oro y plata.