Salmo 119
Nun
Lucerna pedibus meis
105
Lámpara es a mis pies tu palabra, *
y lumbrera en mi camino.
106
He jurado y estoy resuelto *
a guardar tus justos juicios.
107
Afligido estoy en gran manera; *
vivifícame, oh Señor, conforme a tu palabra.
108
Acepta, oh Señor, la ofrenda voluntaria de mis labios, *
y enséñame tus juicios.
109
Mi vida está siempre en peligro; *
por tanto, no olvido tu ley.
110
Me tendieron lazo los malvados, *
pero yo no me desvié de tus mandamientos.
111
Son tus decretos mi herencia eterna; *
en verdad, el gozo de mi corazón.
112
Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos, *
eternamente y hasta el fin.
Sámec
Iniquos odio habui
113
Odio a los inconstantes; *
por mi parte, yo amo tu ley.
114
Mi refugio y mi escudo eres tú; *
en tu palabra yo espero.
115
¡Apártense de mí, malvados! *
Guardaré los mandamientos de mi Dios.
116
Susténtame conforme a tu promesa, y viviré; *
no quede frustrada mi esperanza.
117
Sosténme, y seré salvo, *
y me deleitaré siempre en tus estatutos.
118
Rechazas a todos los que se desvían de tus estatutos; *
su doblez no les sirve para nada.
119
Tienes por escoria a todos los malvados; *
por tanto, yo amo tus decretos.
120
Mi carne se estremece por temor a ti; *
de tus juicios tengo miedo.
Ayin
Feci judicium
121
Lo que es justo y recto he hecho; *
no me entregues a mis opresores.
122
Afianza a tu siervo para bien; *
no permitas que los soberbios me opriman.
123
Mis ojos han desfallecido, aguardando tu salvación *
y tu promesa de justicia.
124
Haz con tu siervo según tu misericordia, *
y enséñame tus estatutos.
125
Tu siervo soy; dame entendimiento *
para conocer tus decretos.
126
Es hora de que actúes, oh Señor, *
porque han quebrantado tu ley.
127
En verdad, yo amo tus mandamientos, *
más que el oro, más que las piedras preciosas.
128
Sobre todo estimo rectos tus mandamientos; *
aborrezco el camino de la mentira.