Salmo 106

Parte II

Et fecerunt vitulum
19
En Horeb hizo Israel un becerro, *
y adoró una imagen de metal fundido.
20
Así cambiaron su Gloria *
por la imagen de un buey que come hierba.
21
Se olvidaron de Dios su Salvador, *
que había hecho prodigios en Egipto,
22
Maravillas en el país de Cam, *
cosas temibles junto al Mar Rojo.
23
Determinó Dios destruirlos,
de no haberse interpuesto Moisés, su escogido, *
a fin de apartar su indignación,
para que no los consumiese.
24
Despreciaron la tierra deseable, *
y no creyeron en sus promesas.
25
Murmuraron en sus tiendas, *
y no escucharon la voz del Señor.
26
Por tanto alzó la mano contra ellos, *
para abatirlos en el desierto,
27
Para arrojar su estirpe entre las naciones, *
y esparcirlos por todos los pueblos.
28
Se unieron a Baal-Peor, *
y comieron los sacrificios ofrecidos a los muertos.
29
Provocaron la ira de Dios con sus acciones, *
y entre ellos brotó una plaga.
30
Entonces se levantó Finees e intercedió, *
y se acabó la plaga.
31
Esto le fue contado por rectitud, *
de generación en generación para siempre.
32
También le enojaron junto a las aguas de Meribá, *
de modo que castigó a Moisés por causa de ellos;
33
Porque de tal manera amargaron su espíritu, *
que habló palabras imprudentes con sus labios.
34
No exterminaron a los pueblos, *
como el Señor les había mandado;
35
Sino que se mezclaron con los paganos, *
y aprendieron sus costumbres idólatras;
36
Así adoraron sus ídolos, *
que se convirtieron en trampa para ellos.
37
Ofrecieron sus hijos y sus hijas *
en sacrificio a los demonios.
38
Derramaron sangre inocente,
la sangre de sus hijos y de sus hijas, *
que ofrecieron a los ídolos de Canaán,
y la tierra fue contaminada de sangre.
39
Así se mancharon con sus acciones, *
y se prostituyeron con sus hechos malos.
40
Por tanto, se encendió la ira del Señor sobre su pueblo, *
y aborreció su heredad.
41
Los entregó en poder de los paganos, *
y los que les odiaban se enseñorearon de ellos.
42
Sus enemigos los oprimieron, *
y fueron humillados bajo su mano.
43
¡Cuántas veces los libró!
Mas ellos se rebelaron por su propio consejo, *
y fueron abatidos por su iniquidad.
44
Con todo, él miró su angustia *
al escuchar sus lamentaciones.
45
Se acordó de su pacto con ellos, *
y se aplacó conforme a su gran misericordia.
46
Hizo que les tuvieran compasión *
los que les tenían cautivos.
47
Sálvanos, oh Señor nuestro Dios,
y recógenos de entre las naciones, *
para que demos gracias a tu santo Nombre
y nos gloriemos en tus alabanzas.
48
¡Bendito el Señor Dios de Israel,
desde siempre y para siempre! *
Y diga todo el pueblo: “Amén”.
¡Aleluya!