Salmo 104
Benedic, anima mea
1
Bendice, alma mía, al Señor; *
Señor Dios mío, ¡cuán excelsa tu grandeza!
Te has vestido de majestad y esplendor.
13
Desde tu morada en las alturas riegas los montes; *
del fruto de tus obras se sacia la tierra.
14
Haces brotar hierba para los rebaños, *
y plantas para el uso de la humanidad;
15
Para que produzcan alimento de la tierra: *
vino que alegra el corazón,
25
¡Cuán múltiples tus obras, oh Señor! *
Hiciste todas ellas con sabiduría;
la tierra está llena de tus criaturas.
26
He allí el grande y anchuroso mar,
en donde bullen criaturas sin número, *
tanto pequeñas como grandes.
27
Allí se mueven las naves,
allí está ese Leviatán, *
que modelaste para jugar con él.
28
Todos ellos te aguardan, *
para que les des comida a su tiempo.
29
Se la das, la recogen; *
abres tu mano, se sacian de bienes.
30
Escondes tu rostro y se espantan; *
les quitas el aliento;
expiran y vuelven a su polvo.
31
Envías tu Espíritu y son creados; *
así renuevas la faz de la tierra.
32
Perdure la gloria del Señor para siempre; *
alégrese el Señor en todas sus obras.