Salmo 103

Benedic, anima mea
13
Como un padre cuida de sus hijos, *
así cuida el Señor a los que le veneran;
14
Porque él sabe de qué estamos hechos; *
se acuerda de que no somos más que barro.
15
Como la hierba son nuestros días; *
florecemos como la flor del campo,
16
Que pasa el viento por ella, y ya no existe, *
y su lugar no la conocerá más;
17
Empero la misericordia del Señor perdura para siempre
sobre los que le veneran, *
y su rectitud sobre los hijos de los hijos;
18
Sobre los que guardan su pacto, *
y se acuerdan de sus mandatos y los cumplen.
19
El Señor estableció en los cielos su trono, *
y su soberanía domina sobre todos.
20
Bendigan al Señor, ustedes sus ángeles,
potestades que ejecutan sus órdenes, *
obedeciendo a la voz de su palabra.
21
Bendigan al Señor, ustedes sus huestes, *
ministros suyos que hacen su voluntad.
22
Bendigan al Señor, ustedes sus obras,
en todos los lugares de su dominio. *
Bendice, alma mía, al Señor.